Un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática es una aspiración compartida por muchos actores y desde hace mucho tiempo. Un objetivo difícil en un contexto político tensionado, fuera y dentro de España. Y a la vez, más necesario que nunca.
Hace un año, la crisis climática mostró la peor de sus caras. Una DANA en la Comunidad Valenciana, que acabó con la vida de más de 200 personas, nos recordó cómo este problema es una amenaza directa que pone en riesgo la vida humana y planetaria.
En Conama2024 entendimos que esta tragedia debía marcar un punto de inflexión que evidencia la urgencia y la necesidad de convertir la adaptación al cambio climático en una prioridad. Desde entonces, sucesivos episodios de olas de calor extremas, incendios, inundaciones nos lo recuerdan.
Ante esta situación el Gobierno propone un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática, que busca reforzar la capacidad de adaptación, mitigación, respuesta y recuperación ante los fenómenos climáticos.
Planteada como una hoja de ruta abierta, la iniciativa se trabajó en la Convención de Ponferrada con diferentes ágoras para fomentar la participación en un proceso constructivo que aporte un consenso amplio y duradero.
Desde Conama participamos en esta iniciativa ya que desde hace años venimos recogiendo la visión del sector profesional sobre la necesidad de alcanzar pactos estratégicos de país que trasciendan las diferencias políticas y faciliten la transición ecológica. Esto quedó patente en el Barómetro Conama. Políticas para la transición ecológica. La visión profesional (2023), donde los expertos subrayaron la urgencia de priorizar la adaptación al cambio climático y la restauración de la naturaleza como pilares de las políticas públicas.
El proceso que se plantea en torno al Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática es una buena plataforma para conectar esfuerzos que, en ese sentido, se vienen desarrollando desde la sociedad civil, que desde diferentes ámbitos considera fundamental que la acción climática sea un pilar estratégico de la política a todos los niveles. Numerosas alianzas y plataformas trabajan para ello desde el tejido económico, la comunidad científica, las ciudades o las organizaciones ambientalistas.
También pudimos constatar la dificultad de plantear una base común para avanzar, cuando desde cada ámbito se plantean las condiciones que debe tener el Pacto, pero no se escucha a los demás.
Llegar a un consenso que facilite el Pacto es complicado y necesita de actores que desde la sociedad faciliten la interacción. Desde Conama seguiremos trabajando para ello con espacios de diálogo y encuentro entre los distintos agentes que permitan avanzar en la respuesta a la emergencia climática y en un desarrollo socioeconómico acorde con los límites del planeta.
El momento es ahora. En breve abriremos la consulta para construir juntos el próximo CONAMA 2026 donde desde todas las perspectivas: política, técnica, científica y social seguiremos avanzando contra el mayor desafío mundial.