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“Las asambleas ciudadanas climáticas se tendrían que implantar en España, a nivel autonómico y de cada municipio”

Entrevistamos a Pau de Vílchez, subdirector del Laboratorio Interdisciplinar sobre Cambio Climático de la Universidad de las Islas Baleares (UIB)


Pau de Vílchez es uno de los grandes conocedores del impacto del cambio climático en las islas, y en concreto del archipiélago balear. Tal y como él presenta el desafío, los territorios insulares pueden servir de laboratorio para buscar soluciones a la emergencia climática, por dos razones: “Como sistema cerrado ves mejor el impacto que tiene, hay menos elementos que tener en cuenta; y si las islas son pequeñas, hay mayor nivel de identificación, es más fácil movilizar a la gente”.

Vílchez considera este aspecto social una de las claves para poder hacer frente a la emergencia climática y convertirla en un asunto que interese a los ciudadanos, que sea también su causa, y no solo de los especialistas. De hecho, como coordinador para España del proyecto europeo ‘Clean energy for EU islands’, orientado a favorecer la descarbonización de las islas, “lo que se busca desde el primer momento es que estén involucrados todos los sectores clave, desde el convencimiento de que, o es fruto del consenso, o no va a llegar a ninguna parte”.

La semana pasada, este abogado de formación participó en Palma de Mallorca en la ‘Jornada de trabajo sobre las prioridades de la adaptación al cambio climático en el archipiélago balear’ organizada por la Fundación Conama, un taller que dio voz a académicos, administraciones, organizaciones no gubernamentales, empresarios, en definitiva, una muestra diversa de la sociedad balear para favorecer el diálogo y la búsqueda de soluciones conjuntas a un problema común. La iniciativa forma parte del proyecto ‘Conexión insular para facilitar la adaptación al cambio climático’, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Fundación Biodiversidad.

Decimos que las islas son territorios especialmente vulnerables al cambio climático. ¿Por qué?

Los territorios insulares tienen costa por todos lados, es más que probable que independientemente del tipo de isla y dónde se sitúe, el territorio se verá afectado por la subida del nivel del mar.

Después está la cuestión de la dependencia, es decir, las islas en general suelen ser muy dependientes en muchos aspectos, en la generación energética, muchas de ellas importan muchos tipos de combustible, ya sea carbón, gas, diésel, y evidentemente, en una situación de fenómenos atmosféricos extremos se hace más difícil la llegada de barcos. La mitigación del cambio climático puede ser una herramienta de adaptación porque hace las islas menos vulnerables a esos impulsos de fuera para alimentar el sistema energético. Lo mismo se podría decir del sistema alimentario y de otros.   

En el caso de la costa española se añade que se haya cementado la línea de playa. ¿Hasta qué punto agrava esto el problema?

El hecho de haber construido tan cerca de la línea de agua hace que no se pueda recuperar o adaptar al aumento del nivel del mar y el consiguiente oleaje. Por ejemplo, donde hay sistemas dunares todavía vírgenes, la línea de playa puede retroceder un poco, pero el ecosistema se va recuperando y responde al aumento del nivel del mar. Si lo que tienes es un paseo marítimo, una línea de hoteles, apartamentos, hormigón, lo que sería la playa no puede retroceder y en ese sentido va a acabar por desaparecer. Además, se ven impactadas todas estas infraestructuras que se han ido construyendo.

¿Cuáles son los impactos en Baleares?

El aumento del nivel del mar en general se está acelerando, de media aumenta un milímetro por año, pero la tendencia en estas ultimas décadas es que está aumentando a tres milímetros por año.

Otro problema para Baleares es el incremento de las temperaturas, con un inicio mucho más temprano del verano, un acortamiento de la primavera y una finalización más tardía del verano, todo esto afecta a todos los procesos naturales de floración, a los insectos, y donde tiene un impacto muy fuerte que ya se está viendo es sobre la posidonia. En este sentido, el problema es que pasado un límite de aumento de la temperatura, que serían los 28 o 29 grados centígrados, provoca una mortalidad importante en la planta. El aumento de la temperatura y de la frecuencia y duración de las olas de calor han provocado que ese aumento que antes de daba de forma muy puntual de forma que la planta se podía recuperar, ahora se está viendo que produce una mortalidad importante y sobre todo que va a producir una mortalidad todavía más importante. La previsión es que la propia planta se pueda haber extinguido hacia 2060. Cuando sabemos que la posidonia es uno de los grandes sumideros de carbono en las islas baleares, es un gran problema.

Otro problema también para Baleares según los estudios realizados es la menor disponibilidad de agua, por la mayor evapotranspiración y la infiltración de agua marina en los acuíferos cercanos a las costas. Todo esto hace que la disponibilidad de agua sea uno de los problemas graves relacionados con el cambio climático en este momento.

¿Qué valoración hace de la participación de los ciudadanos para afrontar un desafío tan grande como el cambio climático?

Las respuestas al cambio climático, y también a la crisis de biodiversidad y a otras crisis ambientales igualmente relevantes, todas ligadas por su origen que es antropogénico, son tan profundas e implican cambios tan potentes en nuestra forma de funcionar que, o se invita a participar de forma activa a la ciudadanía, o no se hará. No se hará porque habrá una respuesta ciudadana de oposición a ciertas de las medidas que se tendrían que tomar.

Para mí, las asambleas ciudadanas son imprescindibles, son una herramienta pedagógica fundamental. Se tendrían que implantar en España y a nivel autonómico y de cada municipio, en las que los expertos tendrían que tener un papel relevante para que los debates sean informados. Pero, más allá de ese aspecto pedadógico, es sobre todo un empoderamiento de la ciudadanía y una facilitación de que esas medidas se acaben tomando, porque el miedo a la respuesta ciudadana hace que muchas veces en la Administración pública no se tomen al nivel que sería necesario.

Para asegurarse de que realmente no habrá una oposición ciudadana férrea a ese tipo de medidas, es imprescindible que se generen estas asambleas ciudadanas para empoderarlas.

¿Es algo urgente?

Es imprescindible hacerlo ya, además, ante la crisis económica y social derivada del coronavirus, sería más urgente que nunca poner esto sobre la mesa porque puede permitir a la gente entender que la respuesta a la crisis climática y de biodiversidad puede implicar oportunidades desde el punto de vista del empleo. Sería ahora el momento de hacerlo.