CREAMOS REDES PARA LA SOSTENIBILIDAD

Life AdaptCalaMillor

Objetivo: adaptación exprés al cambio climático en la costa

Artículo escrito por María Dolores Fernández.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta nuestro planeta en el siglo XXI, afectando especialmente a las zonas costeras.

Solo en los últimos treinta años más de 2000 personas en Europa fallecieron a causa de las inundaciones. El aumento del nivel del mar se está acelerando, elevando el riesgo de inundaciones costeras y marejadas ciclónicas y, por tanto, pudiendo empeorar esta cifra.

Las costas son áreas críticas debido a su biodiversidad, economía y densidad poblacional. Así lo refleja la Agencia Europea de Medio Ambiente en su último informe de evaluación sobre los riesgos climáticos que afronta Europa.

Uno de los impactos más significativos del cambio climático en las zonas costeras es, como mencionábamos, la subida del nivel del mar. Este fenómeno se debe al derretimiento de los glaciares y las capas de hielo, así como a la expansión térmica del agua del mar a medida que se calienta. La subida del nivel del mar puede resultar en la inundación de áreas bajas, la pérdida de tierras y la salinización de acuíferos de agua dulce, lo que afecta tanto a los ecosistemas como a las comunidades humanas que dependemos de estos recursos. Estas inundaciones derivarían, entre otras, en la pérdida de playas, un importante activo turístico en nuestro país, y cuyo impacto económico, a nivel europeo, cifra el informe desde 137 billones de euros, en la visión más optimista con las emisiones más bajas, y hasta 814 billones de euros, en el escenario menos halagüeño con las emisiones más altas, de cara al año 2100.

La erosión costera es otro de los impactos cruciales. Las olas, las corrientes y el aumento del nivel del mar contribuyen a la pérdida de sedimentos que forman las playas y las dunas provocando una erosión exacerbada de esta. De hecho, sostiene el informe, entre un 27-40% de la costa arenosa europea se encuentra actualmente erosionada y podría seguir aumentando en, aproximadamente, 3.500 km2 de costa en tan solo 25 años. Lo que equivaldría a la desaparición de la costa balear, canaria y valenciana en su totalidad, tal y como la conocemos en la actualidad. Esto no solo afecta el paisaje y la biodiversidad, sino que también pone en riesgo la infraestructura costera, como carreteras, edificios y otros desarrollos humanos. En este sentido el informe señala especialmente al sur de Europa y en concreto a Cataluña como regiones que enfrentan importantes daños en las infraestructuras debido a las erosiones e inundaciones de las playas.

Estrategias de Adaptación

Frente a estas realidades España, con más de 7.000 kilómetros de costa, enfrenta desafíos significativos debido al cambio climático. Las costas españolas son vitales para la economía, especialmente debido al turismo y la pesca. El gobierno español ha implementado varias estrategias para abordar estos desafíos y aumentar la resiliencia de las áreas costeras y desde las administraciones locales y regionales, así como desde entidades sin ánimo de lucro, se llevan a cabo diversas iniciativas en la misma línea.

A nivel nacional destaca el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) como herramienta clave que guía las acciones de adaptación en España. Este plan, actualizado para el periodo 2021-2030, establece objetivos y líneas de acción para aumentar la resiliencia del país frente a los impactos climáticos. Las principales áreas de enfoque incluyen la gestión de recursos hídricos, la protección de la biodiversidad y la integración de la adaptación en la planificación territorial y urbana.

A nivel regional, en Cataluña nos encontramos con el estudio realizado por el Laboratorio de Ingeniería Marítima (LIM) y el Centro Internacional de Investigación de los Recursos Costeros (CIIRC) de la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Cataluña en el cual se analizan los 44 puertos adscritos a la Generalitat de Cataluña y los 31 paseos marítimos representativos del litoral catalán (desde Llançà hasta Alcanar) detectando qué instalaciones son más susceptibles de verse afectadas por el cambio climático teniendo en cuenta la pérdida de operatividad de muelles y embarcaderos a causa de la subida del nivel del mar. En el estudio también se han calculado los riesgos de erosión e inundación en las playas que, al igual que en el informe de la AEMA, se evalúan en función de los climas de oleaje futuros, la subida del nivel medio del mar y la localización geográfica de las playas analizadas. El aumento de riesgo destaca especialmente en zonas costeras de los tres deltas catalanes (del Ebro, del Llobregat y de la Tordera). Si hablamos de paseos marítimos, el estudio concluye, entre otros datos, que los más vulnerables son los que presentan una cota inferior a los 2 m. Estas conclusiones se extraen tanto de playas urbanas como de playas con fuerte erosión.

Otro de los proyectos de referencia con casos de estudio regionales (Asturias y La Manga del Mar Menor) es la investigación, publicada en la revista ​ Natura Climate Change, Status of global coastal adaptation[1] y realizada por un equipo internacional de expertos entre los que se encuentra, el catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Cantabria, Íñigo Losada. Entre los hallazgos de esta investigación destaca que, actualmente, los esfuerzos de adaptación costera a nivel global se encuentran a mitad de camino, siendo además que las áreas urbanas tienden a obtener puntuaciones más altas en los esfuerzos de adaptación, en comparación con las áreas rurales. Además, apenas existen estrategias a largo plazo y la evaluación de la eficacia de las medidas implementadas es nula. Esto plantea preocupaciones sobre la falta de previsión de los esfuerzos de adaptación actuales.

En lo que a proyectos de adaptación específicos se refiere destaca el Proyecto LIFE AdaptCalaMillor que está siendo llevado a cabo en Cala Millor, un núcleo turístico en la costa del Levante de Mallorca. El proyecto pretende impulsar la adaptación al cambio climático de la playa mallorquina de Cala Millor a largo plazo, y aumentar la resiliencia de las infraestructuras, los ecosistemas-servicios y la socioeconomía a través de objetivos enfocados en identificar los efectos del cambio climático, aumentar la implicación de la población local e impulsar la replicabilidad de estrategias de adaptación. Una iniciativa estructurada en el periodo 2023-2027, que se centra en nuevas metodologías basadas en la ciencia y la gobernanza para aumentar la resiliencia de las playas urbanas.

Es el momento de pasar a la acción

La adaptación al cambio climático en las costas es, por tanto, un proceso continuo y multifacético que requiere una combinación de enfoques, así como la cooperación de múltiples partes.

En España, como en Europa, los desafíos persisten, y es esencial continuar desarrollando y mejorando las estrategias de adaptación para asegurar un futuro sostenible y resiliente frente al cambio climático. Es momento de actuar.

Desde la Fundación Conama, en la próxima edición del Congreso Nacional del Medio Ambiente, #CONAMA2024, que se celebrará del 2 al 5 de diciembre en Madrid, en el Centro de Convenciones Norte de IFEMA contamos con un comité técnico dedicado en exclusiva a la adaptación de la costa al cambio climático para analizar de las líneas de trabajo a emprender para mejorar la adaptación de las costas al cambio climático en España en base a la visión de los profesionales y los resultados de sus investigaciones.

[1] Magnan, A.K., Bell, R., Duvat, V.K.E. et al. Status of global coastal adaptation. Nat. Clim. Chang. 13, 1213–1221 (2023). https://doi.org/10.1038/s41558-023-01834-x

Este artículo hace parte de una investigación financiada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico pero no expresa la opinión del mismo.