CREAMOS REDES PARA LA SOSTENIBILIDAD

Adriana Rodríguez

Adriana Rodríguez Rivera: Todas las personas empezamos desde cero. Sigue atreviéndote y buscando apoyos sin olvidarte de empoderar a otras mujeres en el camino

Cuando estaba terminando mi último año de carrera me contactó una amiga y compañera de universidad para contarme sobre una posición que, pensaba ella, me interesaría. Así es como llegué a conocer a Climate Strategy, una pequeña firma basada en Madrid líder en políticas y estrategias hacia la neutralidad climática. Mi amiga trabajaba ahí, pero planeaba cambiar de trabajo para irse a Bruselas y quedaría su puesto vacante. Ella conocía mi interés en temas de “impacto” social y político, ya que trabajamos juntas en la revista de la universidad sobre relaciones internacionales. Envié mi currículum y esperé.  

El parón del Covid-19 no nos puso muy fáciles las cosas a los que nos graduamos en 2020. Por suerte, una de mis profesoras de la universidad me ofreció ser su asistente de investigación a tiempo parcial en el Departamento de Derecho y Nuevas Tecnologías. Mientras, yo seguí buscando trabajo por las tardes. Esto me proporcionó un valioso puente para continuar activa a ojos del mercado laboral hasta que en noviembre de 2020 Climate Strategy me volvió a contactar y me uní a su equipo como asistente de investigación. Desde entonces he experimentado un crecimiento profesional y personal significativo. Como persona “no experta” que acababa de entrar a un nuevo sector, empecé desde cero: tomando muchos apuntes de reuniones, redactando actas, etc. En estas reuniones aprendía sobre el Pacto Verde Europeo, la ambición climática de los Gobiernos europeos y las transiciones ecológicas del sector privado. Me han servido para “hacer un máster” en políticas climáticas, sin tener que pagarlo. 

Tras varios meses de esfuerzo en adaptarme a un nuevo sector, me gané la confianza de mis jefes y compañeros para exponerme más y liderar algunos proyectos. Para la COP26 de Glasgow apoyé en el desarrollo de la Guía con 12 Pasos para las Empresas hacia la Descarbonización junto al Grupo Español para el Crecimiento Verde. A raíz de esta Guía escribí junto a nuestro Director, Peter Sweatman, un informe que analizaba los planes de acción climática de los principales bancos españoles 

Estos trabajos son la base de un proyecto que llevo coordinando desde hace más de 2 años para avanzar la transición ecológica de las pymes. Ya hemos publicado dos informes en 2022 y en 2023 donde abogamos por un mayor apoyo regulatorio y financiero para las pymes y por la creación de una red de capacitación y formación que hemos instrumentado con el Pacto Activando PYMES x CLIMA y RESILIENCIA. Este Pacto está firmado por 19 plataformas empresariales, organizaciones sindicales y profesionales, universidades y ONGs que se han comprometido a más de 140 actuaciones en 2024 que pueden beneficiar a más de 28.000 pymes. 

Como incentivo para continuar trabajando duro en mis proyectos, en Climate Strategy me han dado la oportunidad de viajar sola a la COP27 (en Egipto) y la COP28 (en Emiratos Árabes Unidos) para presentar los logros de nuestro proyecto, con el que ya hemos alcanzado a más de 1.000 pymes. En mi tiempo libre también he sido voluntaria en la asociación juvenil Talento para el Futuro, presidida por una buena amiga de la universidad, que me ha abierto muchas puertas a participar en conferencias internacionales y donde hemos organizado la primera Conferencia de la Juventud por el Clima en España. 

Son muchos los retos e inseguridades a los que se tiene que enfrentar una mujer joven que está abriéndose camino en la realidad (excitante pero dura) del mundo laboral. Por suerte, tenemos grandes referentes de mujeres que están impulsando un futuro más sostenible y seguro para mi generación y las futuras por venir. Algunas de ellas las he podido conocer en persona y sirven de ejemplo de la perseverancia necesaria para llegar a lo más alto: Laurence Tubiana (arquitecta del Acuerdo de París), Teresa Ribera (Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en España), Christiana Figueres (Secretaria Ejecutiva del United Nations Framework Convention on Climate Change), Greta Thundberg (activista medioambiental), y muchas más. 

Os dejo aquí tres lecciones que he aprendido y que espero sean de valor para el resto de vosotras que se encuentra en mi posición y que quiere aspirar a lograr lo que estas mujeres han conseguido en la lucha contra la emergencia climática: 

Adriana Rodríguez
Adriana Rodríguez Rivera, asociada de investigación en Climate Strategy
Todas las personas empezamos desde cero y nunca nadie lo sabe todo.

Por la naturaleza de mi trabajo he estado expuesta desde el principio a reuniones con personas de alto nivel en el sector público y privado y con expertos que llevan años estudiando temas muy técnicos del sector. Aunque depende de la especialidad, en una gran mayoría de los casos éstos suelen ser hombres mayores de 40 años. Para una persona que ha estudiado derecho y relaciones internacionales, muchas veces las conversaciones técnicas sobre sistemas energéticos y nuevas tecnologías pueden resultar abrumadoras. Al principio de tu carrera profesional asistiendo a estas reuniones no existe mayor presión que escuchar y aprender, pero llega un momento en que si quieres destacar y subir la ladera, tienes que lanzarte al agua y contribuir activamente.

Tras tres años trabajando, sigo encontrando que esta es una de mis tareas más permanentes y difíciles. Cuando pienso en levantar esa mano en Zoom, no puedo evitar los nervios, y tras mi intervención, sigo dándole varias vueltas a: “¿se me habrá entendido bien? ¿se me ha escapado información o habré lanzado algún dato erróneo?” Comentando esta preocupación con alguno de mis compañeros más senior, me sorprendí cuando me dijeron: “¡no te atreves a intervenir posiblemente y en parte porque eres mujer!”

Hablando con mis otras jóvenes amigas profesionales y después de haber leído algunos libros al respecto (por ejemplo, el de “Vayamos Adelante” de Sheryl Sandberg), me topé con el “síndrome del impostor” y su frecuencia entre las mujeres. Ahora que ya he estado activamente “forzándome a atreverme” (y sigo trabajando en ello), lo que he aprendido es que: a) todo el mundo tiene un enfoque único que aportar, b) por muy experta que una persona sea nunca va a poder ser experta en todo, y c) muchas veces la perspectiva de una mujer joven puede contribuir positivamente a un análisis más detallado y diverso. Con este mismo propósito desde Talento para el Futuro abogamos por incluir a los y las jóvenes en las mesas de negociación de políticas climáticas.

Como habéis visto en mi pequeña autobiografía, en parte he llegado hasta mi actual punto profesional gracias a mis esfuerzos, y en parte gracias a “personas aliadas” que me han apoyado en el camino. Amigas que me han abierto puertas a nuevas oportunidades de trabajo y conferencias, profesoras y mujeres profesionales que han impulsado mi carrera y me han dado buenos consejos, y mis jefes y compañeros de trabajo, que han confiado en mi perseverancia y ambición para posicionarme como una profesional en ascenso en el sector, llevándome a conferencias de alto nivel por el mundo. Cabe destacar que la mayoría de mis compañeros de trabajo son hombres, lo cual me lleva a mi segundo punto: el apoyo activo de hombres y mujeres, sobre todo de aquellos en niveles más altos de senioridad, es clave para empoderar a una mujer que se está abriendo paso en su carrera. Por lo que además de trabajar duro, también hay que identificar estratégicamente a estas personas y rodearte de ellas como un activo propio.

Como mujeres jóvenes que en un futuro no muy lejano tendremos posiciones de mayor poder, debemos seguir el ejemplo de aquellas que nos han apoyado en el camino. Incluso al principio de mi carrera me he encontrado con momentos en los que he podido contribuir a empoderar a otras mujeres en el sector. Por ejemplo, creando agendas de eventos con paridad de género en las ponencias. Aunque es una tarea mínima y fácil, os sorprendería cuántas veces pasa desapercibida esta cuestión.

Vivimos en un mundo en el que todavía las mujeres son una minoría en las posiciones de poder. En España, sólo 6 de cada 100 CEOs son mujeres. Pero los casos de pymes innovadoras en cambio climático que hemos documentado en los últimos dos años podrían indicar un cambio de tendencia, con las mujeres liderando la ola de sostenibilidad: 7 de las 18 pymes que hemos entrevistado tenían a una mujer como directora. Aprovechando este artículo, me gustaría destacar a estas pymes dirigidas por mujeres que están impulsando la transición ecológica del sector empresarial en España: Zorzano, Taisi, Arpa, Besarte, Laragon, Jardines de Alfabia, y Carmela Caramela. De cara al futuro de este proyecto, trabajaré para visibilizar estos y otros casos de mujeres emprendedoras que pueden servir de referencia para otras jóvenes mujeres que quieran seguir su camino.

Si quieres conocer otros testimonios como el de Adriana Rodríguez Rivera, puedes acceder a nuestro especial por el 8M, donde contarás con otros artículos de mujeres de diversos campos que trabajan por un futuro más sostenible e igualitario.